miércoles, 24 de diciembre de 2008

OPERACION "SIERRA DE YEGUAS". 12 de Mayo de 1963.



[La sima de Sierra de Yeguas o sima del Cerro de la Cruz o sima Honda, como parece que se la conoce hoy en los círculos espeleológicos andaluces, fue la segunda sima de cierta importancia que exploró el Gúlmont tras la sima de Cabra, que se había descendido en febrero del mismo año. Resultó ser una considerable grieta abierta en el plano de una diaclasa casi vertical, por la que se alcanzaron los cincuenta metros de profundidad. El informe que sigue, OPERACION: "SIERRA DE YEGUAS", fue elaborado en los días siguientes al descenso y se hicieron de él bastantes copias por el sistema de “ciclostil”. El tiempo que habíamos pasado en el Gúlmont durante nuestra estancia en la Universidad Laboral finalizaba al finalizar también nuestros estudios en el trimestre que acababa en junio de 1963. Pero José Ignacio Fernández, autor principal de este escrito, tenía programado continuar, porque iba a iniciar sus estudios de peritaje en la misma Universidad. La orientación del informe, prolijo en detalles, se encamina especialmente a la obtención de alguna subvención que pudiera ayudar a fortalecer la continuidad del Grupo Universitario Laboral de Montaña y su sección de Espeleología. Finalmente José Ignacio prosiguió sus estudios en la Laboral de Tarragona y ahí se terminó esta historia y empezó otra.]





G.E.I.S. del G.U.L.MONT.

(Grupo de Exploraciones e Investigaciones Subterráneas
del Grupo Universitario Laboral de Montaña)

UNIVERSIDAD LABORAL DE CÓRDOBA


OPERACION "SIERRA DE YEGUAS"
12 de Mayo de 1963


Antecedentes.-

En los primeros días de la pasada Semana Santa, dos autostopistas de la Universidad Laboral de Córdoba, vagaban por esas carreteras para trasladarse desde dicha capital a un pueblo de la provincia de Málaga enclavado entre varias estribaciones montañosas. Eran dos miembros del Grupo Universitario Laboral de Montaña (G.U.L.MONT.) pertenecientes a la sección de espeleología que iban a comprobar la exactitud de varias informaciones recibidas sobre la existencia de una sima por los alrededores de Campillos. Esos dos éramos Pedro y yo que, tras obtener previas informaciones en dicha población dirigimos nuestros pasos al término de Sierra de Yeguas, donde el Ilmo. Sr. Alcalde nos confirmó la existencia de la cavidad, que localizamos con la ayuda de los nativos del lugar, en la Sierra de los Caballos, en cuya ladera está enclavada la población.
Efectuamos, con el material que llevábamos al efecto, un reconocimiento elemental de la oquedad para determinar sus principales características, lo que nos permitiría más tarde estudiar, el sistema de descenso más adecuado, en caso de considerar interesante su exploración completa. Y este interés se despertó en nosotros cuando nos informaron de que hacía poco más de un año, se había descubierto el hecho de que perforando hasta unos 40 metros de profundidad, en cualquier lugar de los alrededores del macizo montañoso, se encuentra agua en tal abundancia que los numerosos pozos artesianos que se han construido desde entonces, han transformado en fértiles llanuras todos los campos próximos al que fue pueblo completamente seco.
Por ello consideramos casi como una obligación el investigar la causa que fuera el motivo de aquél fenómeno.
Nos informaron también en aquella ocasión, del descenso que habían realizado dos jóvenes estudiantes de Madrid en colaboración con un compañero del pueblo, los cuales llegaron al fondo actual que calcularon se hallaba alrededor de los -70 metros.
Y con los datos recibidos y la promesa de volver, regresamos a la Universidad.


Preparativos.-

Desde aquél día dedicamos los ratos libres que los estudios nos permitían, a ultimar todos los preparativos necesarios para la completa exploración de la oquedad de la Sierra de los Caballos.
No se podía emplear el mismo sistema de descenso que utilizamos en Cabra, un par de meses antes, por ser aquella Sima de características excepcionales, ya que es completamente vertical y suficientemente ancha, por lo que acordamos emplear el sistema de descenso por escala, previo seguro con una cuerda a la superficie.

Pero como no disponemos en nuestra agrupación más que de diez metros de escala y no pudimos obtener ayuda alguna de material, ésta estaría unida a la superficie por otra cuerda y así se podría subir o bajar según las necesidades del que estuviera en el interior, el cual, mientras se efectuara dicha operación, tendría que estar apoyado en las paredes de la Sima o bien colgando de la cuerda de seguridad, ya que mientras se efectuara traslación en la escala dicha cuerda estaría fija en la superficie.
Aparte del poco material que pudiéramos llamar normal de que disponemos llevaríamos un bote neumático de un profesor para poder maniobrar cómodamente en caso de llegar hasta el nivel del agua que íbamos a buscar.
Acordamos la fecha de la Operación para el domingo día 12 de Mayo y así lo comunicamos al Ilmo. Sr. Alcalde de Sierra de Yeguas.


Operación de descenso.-

La tarde del sábado día 11 llegamos en ferrocarril al término de Fuente de Piedra seis componentes del Grupo de Exploraciones e Investigaciones Subterráneas (G.E.I.S.) del G.U.L.MONT, que íbamos a participar en la exploración. El equipo completo estaba formado por Pedro Plana, Rodolfo Fernández, Juan Luis López, Mariano Olivar, Andrés Pérez y José Ignacio Fernández. Pedro se encargaría del equipo de superficie, formado por los tres primeros, y yo conduciría el equipo de punta. Nos acompañaba el P. Juan Domingo Sánchez de la Comunidad de Dominicos de la Universidad.
A las 9 h. 30' del domingo se estaba en el lugar donde se encuentra emplazada la Sima. Se desayunó y se comenzaron los preparativos para el descenso.
Estando ya todo dispuesto y haciendo las últimas revisiones al material, se observó que el pequeño teléfono de pilas que habíamos utilizado en Cabra, se había averiado incomprensiblemente en el traslado. Por más revisiones que se hicieron, por más observaciones y pruebas, que nos llevaron una hora larga, no se logró dar con la causa que impedía su funcionamiento, por lo que hubo que improvisar una normalización de señales de pito para hacer posible el entendimiento entre los dos equipos durante la operación.
Acto seguido, serían sobre las 12 h. 30’ me calé el casco y comencé el descenso llegando al fondo a las l3 h., después de colgar de la cuerda de seguridad y de descansar sobre dos repisas intermedias, mientras se efectuaron los desplazamientos de la escala.
Antes de indicar que izaran la escala a la superficie, así como la cuerda de seguridad, para que repitiera la misma operación el segundo, quise cerciorarme del lugar donde me encontraba y avancé en dirección Sur por una galería allí existente, encontrándome de pronto ante una estalagmita que se levantaba en el centro y que se parecía exactamente a una estatua de la Virgen de Fátima con su pedestal correspondiente. Continué un poco y comprobé con cierta contrariedad que la galería acababa pocos metros después. Regresé al lugar primitivo y después de comunicar con la superficie fijé la atención en la diaclasa que continuaba hacia el Norte, transformándose sucesivamente en estrecha gatera, pero no me introduje por ella, esperando la llegada de Mariano que pisó el fondo a las 14 h.
Mientras descendía el material fotográfico y demás, exploramos la citada gatera, comprobando, tras reptar unos minutos y encontrar un esqueleto de perro, que después de irse estrechando cada vez más, acababa siendo impenetrable y, lo que era más descorazonador, sin apreciable continuación.
Dimos marcha atrás, explorando cada palmo de terreno, encontrando al poco tiempo un cabo de vela dejado por los que habían descendido anteriormente, que colocamos en el ensanchamiento que denominamos “Sala de la Virgen” sobre la especie de pedestal de misma, como modesto ofrecimiento, poniéndonos bajo su protección; continuando después hasta llegar al final de la galería, por una de cuyas paredes ascendió Mariano para observar detalladamente la estrecha fisura que allí existe, comprobando que por la parte superior seguía también sin continuación posible.
A las 16 h. llegó Andrés al fondo, haciéndole la presentación del lugar, procediendo a continuación, como primera salvedad, a alimentarnos con sendos bocadillos para reponer energías.
Momentos después dejamos nuestra inscripción: "G.E.I.S. del G.U.L.MONT. 12-V-1963" [el “grafitti” casi monumental, elaborado con la llama del carburo, ha pasado a ser con el tiempo un atentado contra la conservación de la cueva, del que hoy nos arrepentimos sinceramente; pero entonces, que empezábamos a conocer un mundo al que muy pocos accedían, era exclusivamente un hito que afirmaría nuestra “conquista”; una acción que se justificaba por la simple falta de planteamiento; aquél mundo era “nuestro” porque nadie más entraba en él] y comenzamos la labor propiamente espeleológica. Hicimos unos croquis del lugar, observamos las formaciones calizas y los insectos allí existentes, tiramos unas fotografías, etc. etc., teniéndolo todo dispuesto para el regreso a la superficie a las 20 h., momento en que comenzamos la ascensión. Esta no la efectuamos en forma análoga al descenso, o sea, realizando todo el trayecto uno a uno, sino haciendo los tres sucesivamente cada tramo y esperando juntos el traslado de la escala. Así evitábamos maniobras a los del equipo de superficie, las cuales estaban bastante dificultadas por las sinuosidades de la cavidad, que provocaban atascamientos y enganches irremediables. Asimismo, durante el ascenso, facilitábamos a los de la superficie el traslado del material que al izarlo se iba enganchando en determinados pasos estrechos.
A las 21 h. 30' salimos los tres al exterior, dándose en ese momento por finalizada la Operación. El regreso hasta el pueblo y el traslado hasta la Universidad no presentaron interés especial.


Características de la Sima.-

La citada oquedad se halla enclavada en el macizo montañoso de la Sierra de los Caballos, situada en la parte Norte de la provincia de Málaga. A 2 Km. del pueblo de Sierra de Yeguas, en la ladera Norte del cerro de la Cruz y a 120 metros de altura sobre la población y 600 sobre el nivel del mar, se encuentra emplazada la entrada de la mencionada cavidad.
La sima, que podemos considerar como una gigantesca diaclasa, presenta en la actualidad una profundidad de 50 metros, una longitud que varía entre 5 y 20 metros y una anchura que va disminuyendo sucesivamente de 3 a 1’5 metros en la parte inferior. Existen solamente tres derivaciones de la vertical considerada: una diaclasa enfrente de la entrada, una amplia galería en el fondo y una estrecha gatera también en la parte inferior. Presenta cierta inclinación a todo lo largo de su profundidad, aumentando hasta la vertical completa solamente en algunos tramos aislados.
Tiene tres únicos puntos de apoyo considerables: una repisa y un balcón, ambos en la parte superior, y una piedra formando puente en la inferior.
La forma que representa su vista principal es la de cuatro trapecios unidos colocados alternativamente sobre cada base.
Toda ella está constituida por roca caliza, presentando concreciones calcáreas en aislados puntos, así como también en el fondo, pero estando cubierta en diversas partes por la arcilla separada en el proceso de descalcificación de la roca y por derrubios, en los lugares en que es posible su permanencia.
No presenta en esta época del año caída alguna de aguas, siendo esta la causa principal de la relativamente poca existencia de formaciones estalactíticas y estalagmíticas, apareciendo únicamente en la galería del fondo una debilísima gotera.
No apreciamos la existencia de ninguna especie de troglobios, así como tampoco de flora alguna, viviendo no obstante, sobre todo en el fondo, determinados trogloxenos.
La entrada a la cavidad está constituída por una grieta horizontal de dos metros por cuarenta centímetros, que da a una pequeña sala de metro y medio de altura por otro tanto de anchura y unos cinco metros de longitud, al fondo de la cual existe una losa cuneiforme asomada sobre la vertical, que sirve de techo a una pequeña repisa.
La direcci6n de esta sala presenta desviación con respecto al Norte, de 20 grados Este.
A los pocos metros de profundidad existe un pequeño acuñamiento a partir del cual la Sima toma una anchura de unos tres metros, mientras comienza a alargarse sucesivamente hasta alcanzar un máximo de veinte metros a la profundidad de doce, desde donde empieza a disminuir.
Asimismo, la pared Este, que desde la parte superior presentaba una ligera inclinación, la acentúa formando una amplia repisa que interrumpe a la vertical y sobre la que descansan pequeños derrubios junto con arcilla.
A dos metros de altura con respecto a esta repisa y en la parte Sur de la cavidad, existe un inclinado balcón rocoso, de forma trapecial, recubierto de arcilla y sobre el que se asientan algunos cascotes.
Hasta este lugar la Sima presenta la misma orientación en todo su desarrollo que la que indicamos para la galería de entrada pero a partir de la repisa sufre una desviación de 30 grados en dirección Oeste, a la vez que se desplaza en este sentido su vertical y que reduce su anchura a metro y medio, mientras comienza de nuevo a alargarse sucesivamente hasta unos siete metros más abajo, en donde empieza otra vez a disminuir por la parte Norte.
A los pocos metros más de profundidad, en donde comienza una acentuada inclinación, aparece acuñado un pedrusco entre las dos paredes haciendo de puente de unión entre ellas. La parte más elevada del fondo se encuentra de aquí a unos diez metros de profundidad y en este tramo la pared Este, debido a su inclinación, se encuentra recubierta de arcilla.
El fondo, en su parte más alta, que es la que queda inmediatamente debajo del pedrusco, presenta abundante arcilla y pocos derrubios, puesto que la mayoría de estos rodaron debido a la inclinación del suelo hacia la plataforma más estable situada hacia el Sur, al principio de la especie de galería que continúa en esa dirección. Los únicos derrubios que se encuentran en la parte elevada del fondo se hallan taponando la que aparenta ser actualmente, única y posible continuación vertical de la Sima, en la intersección de la pared Oeste con dicha parte del suelo.
La gatera que continúa hacia el Norte es toda ella rocosa y sin muestras de humedad, la cual va estrechándose sucesivamente a la vez que desciende de nivel.
La Sima, que ya hemos dicho que es una gran diaclasa, comienza a alargarse sucesivamente por la parte Sur, a partir de la repisa superior formando en el fondo y en esa misma dirección una especie de galería debida a los voladizos que constituyen un aparente techo, a dos metros de altura.
Esta galería, por así llamarla, osta orientada en el mismo sentido que las demás partes de la oquedad a partir de la repisa superior en la que experimenta el giro, es decir, que presenta una desviación con respecto al Norte de 10 grados Oeste.
A partir de la plataforma en la que descansan los derrubios llegados al fondo, el suelo de la citada galería se encuentra fosilizado y a los ocho metros existe una única estalagmita de metro y medio de altura, cuya formación se encuentra paralizada, que está situada en el centro de un pequeño ensanchamiento, después del cual desaparecen los voladizos que daban al lugar la apariencia de galería, acabando el suelo de la Sima ocho metros después.
En toda esta parte, en que alcanza la cavidad hasta quince metros de altura, se encuentra la pared Este fosilizada y con la misma inclinación que ya referimos, mientras que la pared Oeste no presenta rasgos de fosilización alguna y se levanta verticalmente.
Asimismo en la parte inferior de la pared Este existen variadas cascadas fósiles que completan el conjunto cárstico.
El término de la oquedad por la parte Sur lo constituye una pared vertical bastante estrecha por la parte inferior, pero que aumenta progresivamente en relación con su altura debido a la citada inclinación de la pared Este, con la que se corta formando una estrecha fisura.
Queda por añadir que en el fondo no hacía frío, así como que los trogloxenos más característicos son las moscas y arañas comunes, que existen en abundancia.


Apéndice.-

Como la finalidad de la “Operación Sierra de Yeguas”, es investigar, encontrar y estudiar la causa de la existencia de agua a la profundidad de cuarenta metros en la base de la Sierra de los Caballos, y no habiéndose realizado más que la parte preliminar de este proyecto, es decir, la de exploración de la Sima del Cerro de la Cruz, queda perenne todavía la necesidad de continuar la labor espeleológica comenzada. Por ello, hemos empezado ya los preparativos más urgentes para llevar a cabo, en los comienzos del curso próximo, la continuación de la empresa.

Quiero destacar, no obstante, la escasez de material con que hemos efectuado esta exploración, así como la necesidad que tenemos de él para la más perfecta realización de esta labor espeleológica, tan necesaria en la región, por lo que solicito en nombre de todos los entusiastas componentes del G.E.I.S. y en el mío propio, ayuda a las entidades que puedan concedérnosla para continuar todas nuestras actividades con la preparación y seguridad que requieren.


José Ignacio Fernández Martínez
Director del Grupo de Exploraciones
e Investigaciones Subterráneas
del G.U.L.MONT.













21/12/08. Ildefonso Felguera, del Grupo de Espeleología de Campillos, en el fondo de sima Honda (Sierra de Yeguas).

miércoles, 29 de octubre de 2008

Año 1960. Precedentes de la Espeleología en el Gúlmont: las cloacas de la ULC.

[Siguiendo la norma de artículos anteriores, las partes entre corchetes y en azul, son los comentarios actuales]





DIARIO del 23/1/1960 al 28/2/1960


Sábado, dia 23 de Enero de 1960
Hoy, mi amigo José Ignacio (con el que tantas aventuras he corrido) y yo, hemos empezado una temporada antiespeleológica, consistente en procurar hacer desistir de sus planes, a varios chicos del Colegio "San Rafael", que habían descubierto una de las entradas de la denominada "Mansión de Mister X" y tenían la intención de explorarla [Diversas bocas de pozos de entre tres y cinco metros de profundidad que, mediante escaleras "de gato" empotradas en la pared, accedían al alcantarillado de la ULC, y que llevábamos varios días “explorando” en los ratos libres]. Es decir, que intentan, sin saberlo, hacernos la competencia y como son demasiados, habría una excesiva divulgación, corriendo el peligro de que el padre Rector mandase cerrar con cemento las entradas del alcantarillado, cosa que nos estropearía todos los descubrimientos que hemos hecho allá abajo. [Al final de nuestra campaña, habíamos llegado a recorrer el subsuelo de los seis colegios y creemos que llegamos incluso al Paraninfo. No hicimos ningún plano, por falta de técnica en aquel entonces].
Esta tarde les hemos estado espiando desde una esquina de los Talleres Generales, mientras ellos estaban alrededor de la boca del pozo de entrada. Han estado dedicados a quitar varias piedras que, interceptando el paso al agua, provocaban una pequeña inundación que les impedía el paso. Estas piedras las hemos puesto nosotros antes de que ellos llegaran, con la intención de que desistiesen de sus propósitos.
En vista de que no abandonaban, hemos decidido entrar nosotros por X2 [cada boca tenía nuestra propia denominación secreta], para interceptarles el paso más adelante por medio de nuevas inundaciones. Así lo hemos hecho, y una vez terminada la tarea, hemos vuelto al pozo en el que ellos estaban.
Como no se les veía ni oía, nos hemos metido dentro para ver si aún estaban allí. No se veía ninguna luz ni se les oía, por lo que hemos subido y hemos tapado la boca del pozo con la losa [de hormigón] que estaba junto a ella y con la que estaba tapada antes de iniciar nosotros nuestras correrías subterráneas. Acto seguido hemos ido a la boca del pozo siguiente, distante de la anterior unos doscientos metros.
Este pozo ha sido siempre para nosotros el límite o frontera de la M.M.X. ya que nunca hemos conseguido pasar de la anterior a la siguiente salida por dentro, a causa de que existe una diferencia de nivel entre ambos pozos, de más de medio metro, existiendo al final un dique de contención que acumula el agua, y aunque dominable, siempre hemos sentido repulsión por introducir los pies en la viscosa masa líquida de aguas diversas y materias flotantes de dudosa naturaleza que allí se encuentran retenidas. Por esto fue grande nuestra sorpresa al llegar y ver desde arriba, que se vislumbraba el fondo seco del pozo.
Bajamos para ver lo que ocurría y observamos con satisfacción que el dique estaba roto y dejaba pasar libremente la poca agua que bajaba, sin acumularla. Ya no había frontera.
Pero mayor fue nuestra sorpresa al escuchar algunas voces y ruido de pasos que iban chapoteando cada vez más cerca. Comprendimos entonces que nuestros competidores estaban aún allí dentro y que se dirigían trabajosamente hacia la única salida viable que tenían.
Salimos y nos escondimos rápidamente donde mejor pudimos. Yo lo hice detrás de un pequeño montículo que hay a cuatro o cinco metros de la boca; cerca suficientemente para escuchar con nitidez los mil improperios que lanzaban contra quien les había encerrado.
Una vez fuera, les fuimos siguiendo a prudente distancia. Ellos se dirigieron a su colegio y nosotros optamos por retirarnos al nuestro.

[Nunca supimos la identidad de nuestros competidores. Hoy, que han prescrito ya “los delitos” (como dice Emilio Palma Moreno), sería bueno podernos tomar unas copas juntos]


Domingo, 24 de Enero de 1960
El tiempo ha cambiado: hoy está nublado y hace algo de frío. Los competidores no han aparecido. Quizá se deba al mal tiempo.
He escrito a Balbás y a Varona sendas cartas [amigos dejados en Burgos].
Por la mañana hemos estado, José Ignacio y yo en 2V3 [otra cámara subterránea, de control eléctrico; curiosamente, nunca tuvimos ningún accidente], viendo y comparando diferentes tipos de arañas.
Por la tarde ha habido sesión de cine. Nos han puesto la película "Hondo".


Domingo, 31 de Enero de 1960
Hoy hemos estado tapando con sus correspondientes losas, dos posibles entradas de los competidores a M.M.X.
Cuando estábamos haciendo rodar una de las losas, con claro peligro de hernia y de la entereza de nuestras canillas, hemos sido descubiertos por dos de ellos. En cuanto les hemos visto nos las hemos pirado enseguida y no estamos seguros de no haber sido reconocidos, aunque es improbable porque ha sucedido en muy poco tiempo.
Más tarde, hemos ido al pozo que antes estuviera inundado y hemos pasado por vez primera desde el pasadizo final hasta dicho pozo, por el interior.
Por la tarde ha habido cine: "Infierno Blanco".
He recibido la segunda carta de la Tribu, de este trimestre [la Tribu era el grupo de amigos de Burgos].


Martes, 2 de Febrero.
Hoy, con motivo de la fiesta de La Candelaria, patrona de los electricistas, mi aula ha pedido varias veces permiso al Rector y al P. Director, para no tener clase, el cual nos ha sido denegado. Intentamos hacer huelga y nos ha salido mal. Sólo los del 3er. curso de Montadores y Bobinadores han podido hacer un poco de juerga y se les ha concedido una hora de fiesta.
Por la tarde, a la hora de la clase de Tecnología, le hemos hablado al profesor (El Peseto) [D. Fernando Echevarría Guiu] de la fiesta que es hoy y de que tenemos derecho a celebrarla. El hombre, muy complaciente, se ha ido y nos ha dejado solos en el aula para que hagamos lo que mejor nos parezca. Hemos organizado una actuación cara al público, con la obligatoriedad de actuar cada uno de nosotros en algo. Lo hemos pasado muy bien.


Jueves, 4 de Febrero.
Hemos empezado la instalación (durante las horas de taller) de una nueva línea para el motor del ventilador del alto horno en los talleres metalúrgicos.

Viernes, 5 de Febrero.
Hoy he ido con un compañero de clase al alto horno para ponerle una protección de tubo flexible de plástico a la parte de la línea que quedaba a la intemperie.


Sábado, 6 de Febrero.
Hoy hemos tenido la primera sesión de "cine-aula" de este año. Consiste en que, tras la proyección de una película (que en el caso de hoy ha sido "La ley del silencio") se hacen preguntas sobre ella entre el público; la gente habla por un micrófono portátil que se van pasando de uno a otro. [Tengo que hacer una justa mención de reconocimiento a los organizadores de aquellas sesiones de cine-aula, en las que vi algunas de las mejores películas de mi vida]


Domingo, 7 de Febrero.
Nos han puesto la película "Obsesión". Hoy los competidores no han dado señales de vida.


Lunes, 8 de Febrero.
En el último examen de Matemáticas, del que nos han dado hoy las calificaciones, en mi aula ha habido sólo 6 aprobados, de 24 que somos. En la 2°A, otros 6; pero ellos son algunos más de 24. [Puesto que no lo menciono, supongo que yo no fui de los aprobados; el profesor era el Sr. Córdoba]


Martes, 9 de Febrero.
Hoy, unos tíos con bata de loqueros nos han hecho un examen de "psicotecnia". Ellos proyectaban unas láminas sobre la pantalla, con figuras en las que faltaba un trozo, y nosotros teníamos que deducir y apuntar en una hoja, cuál sería ese trozo. [Después de sesudas interpretaciones y deducciones, aquellas pruebas sirvieron para determinar la idoneidad de nuestra innata disposición a las posibles ramas de nuestros futuros estudios: Carpintería, Mecánica o Electricidad, y punto redondo]


Viernes, 12 de Febrero.
Hoy, al final de la clase de Física, ha entrado en el aula el P. Gangoiti y ha pedido cuatro voluntarios para un "pequeño encargo". Yo, como a cenutrio [tonto los pies] que soy, he salido con otros tres y una vez fuera del aula nos ha dicho que era para recoger todos los papeles que hubiera en la parte exterior del colegio, ya que hoy tenía que venir el Secretario de Mutualidades en visita de inspección. Para nuestro trabajo nos ha dado sendas papeleras. Una vez fuera y solos como estábamos, ya que todos los demás seguían en clase, pronto se nos han acabado las ganas de recoger papeles y hemos decidido irnos a la vía para hacer un fuego con los pocos que habíamos recopilado. Dicho y hecho, nos hemos apalancado [escondido, camuflado] bajo el desnivel de la vía y allí hemos empezado a hacer el indio. Después de encender una hoguera con papeles y hojarasca nos hemos tendido en el suelo contemplando las estrellas diurnas. Uno ha apostado con otro a que era capaz de lanzar una piedra que apenas si podía levantar, encima de las papeleras que yacían colocadas una dentro de otra. Lo ha hecho. Y después el trabajo para deshacer el lío de alambres plegados en forma de acordeón, ha sido de todos. Una de las papeleras la hemos tenido que tirar ya que los problemas de desdoblado que presentaba eran superiores a la paciencia que podíamos ejercer. Con todo esto ya había pasado la hora de la clase de Matemáticas cuando hemos vuelto al colegio.
Esta mañana, en talleres, hemos empezado el primer trabajo con tubo de plástico. Ha sido un desastre: para este trabajo habían dado tres metros de tubo y algunos han tenido que pedir hasta siete metros más. (Yo, uno y medio más).


Dia 20 de Febrero de 1960.
Ayer escribí carta a la Tribu y les mandé tres nuevas normas y un dibujo del escudo de la Tribu, para que decidan si hemos de hacer un sello en caucho. [La historia de la Tribu y su protocolo podrían dar mucho de sí]


Dia 27 de Febrero de 1960.
Esta tarde, después de salir del estudio, de escribir cartas, me he encontrado con José Ignacio y como hacía buen día, hemos decidido irnos de excursión por el arroyo arriba. Lo hemos pasado muy bien pero al final hemos divisado la silueta larga y fatídica del P. Larrañeta en el horizonte, que hacía una batida anti-bañistas furtivos, de los que el arroyo estaba plagado. Nos las hemos pirado corriendo y hemos llegado al colegio medio difuntos.


Dia 28 de Febrero de 1960.
Hoy, aprovechando la continuidad del buen tiempo y que casi toda la gente está en las competiciones, nos hemos ido otra vez de excursión, siguiendo el curso del canal hasta el acueducto, yendo, desde allí, por el arroyo arriba hasta el "puente de los tubos". Allí hemos dado media vuelta porque ya era la una menos diez; hemos vuelto a marcha forzada y ya llegábamos a la Universidad por el canal, a eso de la una y veinticinco [la hora de la comida era la una y media], cuando dos padres que iban por los campos de deportes nos han hecho señas para que fuéramos hacia ellos; nosotros, ni "mú" [ni caso] y ellos venga hacernos señas y llamarnos. Hemos seguido andando hacia adelante y ellos andando paralelamente, con la evidente intención de hacernos la puñeta. Total, que llegados frente a la puerta de "Luis de Góngora" nos hemos parado con la ilusa esperanza de que ellos siguieran su camino y nos dejaran el paso libre, pero quiá; ellos también parados. Ya era más de la hora de comer y nosotros, desconcertados, hemos vuelto sobre nuestros pasos, corriendo, hasta la mitad de la distancia que hay entre los dos primeros puentes y desde allí, saltamos hacia abajo, corriendo campo a través hacia la puerta de los sótanos. Cuando ya llegábamos, estábamos más muertos que vivos, con los pulmones en la boca y corriendo de pura inercia, sin apenas sustentación de las piernas. Entonces se nos acabó de caer el alma a los pies, cuando vimos que en la puerta de los sótanos estaba montando guardia uno de los dos curas y que el otro, el P. Larrañeta, venía con paso tranquilo detrás de nosotros. Una vez nos tuvieron atrapados frente a ellos, sin capacidad para esquivarles ningún movimiento aunque hubiese sido lento, el interfecto nos dio un par de tortas a cada uno y después nos interrogó. Nos dijo que nos presentásemos al padre Director del colegio respectivo y nos dejaron ir.
Llegamos al comedor casi a los postres, cansados y colorados por el sofoco, el calor y las tortas. Después de mal comer le expliqué (telegráficamente) al Director lo que había pasado y él me contestó, entreviendo la poca trascendencia del caso, que lo que debía hacer, era no volver a ir al canal.
Por ahora, yo salvado. Pero no parece ser este el caso de José Ignacio, pues el cura Larrañeta, que nos pescó, se lo ha contado con detalles al Director de su Colegio. Veremos lo que pasa.
Por la tarde nos hemos relajado en una silla "de tijera", viendo la película "Mar eterno".



(Fin del bloc de diario)



NOTAS DE SALIDAS. Curso 1960-1961


Noviembre de 1960. ALMODOVAR DEL RIO (Córdoba).
Electricistas del aula 3°B. Excursión turística en tren.
De la estación del pueblo subimos tras un grupo de chicas de un colegio de Córdoba que, como nosotros, habían venido de excursión. Dijo misa en la iglesia de Almodóvar el sacerdote jesuita que las acompañaba, ayudado por Morán y Peris. Las chicas cantaban y nosotros intentamos acompañarlas haciendo lo que podiamos.
Acabada la misa fuimos a desayunar al "campo de las piedras", bajo el castillo y desde allí subimos hacia él. Llamamos al picaporte y tras convencer al guardián, éste nos permitió entrar para visitarlo. Mis compañeros llevaban un balón de fútbol y tras las peticiones de los chavales del pueblo que había dentro, no se les ocurrió otra cosa que organizar un partido en el mismísimo patio de armas. El guardián, en cuanto lo vio nos echó los perros y fuimos a salir todos de estampida por donde habíamos entrado. Sin embargo, Acero y Gómez Sanz se habían quedado camuflados detrás de unas almenas y pudieron seguir contemplando el castillo a su antojo. De todos modos, poco tardó en abrirse de nuevo la puerta para que nuestros dos compañeros saliesen a su vez disparados como los improperios que profería el guardián.
Hubo quien no se conformara con esto y tras dar una vuelta entera al castillo, descubrimos un punto de la muralla que nos pareció más vulnerable y así, Ortega y Felipe la escalaron. Poco después la puerta se abría, repitiéndose de nuevo las escenas precedentes.
Se desistió, por fin, de realizar nuevas intentonas, y optamos por irnos a la orilla del inmediato pantano de La Breña. A mitad del camino hubo que hacer un alto para jugar un partido y una vez llegados al embalse, después de vista la presa y de haber comido, se volvieron a enzarzar en lo que parece ser su primera actividad vital: jugar al fútbol. El lugar, no sé si era el más idóneo para ello, o si llegaron a planteárselo mínimamente, pero sé que el balón se les fue al agua por lo menos siete veces.


Noviembre de 1960. LAS ERMITAS (Córdoba).
Electricistas del aula 3°B. Excursión turística a pié desde Córdoba.


Noviembre de 1960. OBEJO (Córdoba).
Marcha y acampada. Escultismo.
ITINERARIO: Univ. Laboral - Arroyo Rabanales - Línea F.C. - Cerro Muriano - Infierno de Obejo - Campamento Militar - Estación de Obejo (acampada) - Cerro Muriano - Línea F.C.- Arroyo Rabanales - Universidad Laboral.
RECORRIDO: unos 40 Km.
Realizada a pié, excepto el trayecto desde el Campamento Militar a la Estación de Obejo, hecho en un camión militar.
PARTICIPANTES: J.I. Fernández, López Quintanilla, Maximiliano Molina, Esteban Falcón, Antonio González, Pedro Plana y algunos más. (3 tiendas)


[Esta fue la última excursión que hicimos por libre y que nos decidió a integrarnos en el Gúlmont, que se acababa de fundar. La siguiente, durante el segundo trimestre, ya la hicimos dentro del grupo de montaña].








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miércoles, 17 de septiembre de 2008

Para una historia del Gúlmont


La feria siempre ha ido según quién cuente su visión. Para relatar lo que fue el Gúlmont, es injusto e insuficiente que cuente yo la experiencia en que participé, que sé que tuvo un peso importante y que es la que mejor conozco. Debería también reunir las voces de muchos compañeros que hicieron de su paso por él, el urdido de otras partes muy importantes de lo que, todo junto fue

la historia de una agrupación muy especial dentro de la Universidad Laboral de Córdoba.
Contarlo todo es imposible, porque por el Gúlmont pasaron alrededor de cincuenta personas a lo largo de los primeros tres años de vida, entre 1960 y 63, y fueron muchos, no puedo aventurar cuántos, los que discurrieron por los grupos que continuaron su andadura en los siguientes cinco años. Citaré, por lo tanto, algunas cosas de esa primera fase que conozco y muy pocas de la fase final, cuyas noticias solamente me llegaron por correspondencia, y otras que reproduzco del artículo “Fechas claves” que apareció en el último número de la revista.
1960 14 de noviembre:
Nació el Gúlmont en Sierra Morena, como una idea de Santiago Pérez Gago. El nombre no fue lo primero en tomar forma, pues se tardó algunos días en decidirlo. “Recuerdo que se echaron encima los del GUM de Madrid y hubo que ponerle una L” (Emilio Palma).
1961 Semana Santa:
Diez esforzados andarines fueron de Córdoba a Sevilla a pie. Fue la primera actividad notable del grupo. Muchos de ellos le tomaron gusto a lo de conocer el mundo gastando suela y la idea se empezó a organizar.
1 al 25 de julio:
Ya como Gúlmont se hizo el recorrido a pie, desde Córdoba a Sama de Langreo. La “Ruta de la reconquista”, desde las flores de Linares a los riscos de Covadonga. Los Ri-Ma-Sa (Ricardo Veroz, Mariano Olivar y Santiago Pérez Gago), fueron los realizadores. La idea fue bien acogida, y hubo nuevos adeptos.
De las flores de Linares a los riscos de Covadonga
La actividad principal de la agrupación creada empezó a ser la salida quincenal, tras la cual se elaboraban informes, planos y reportajes fotográficos. Se incrementó pronto con actividades formativas complementarias.
Diciembre:
Hubo una serie de charlas sobre “Nociones elementales de Medicina montañera”, impartidas por el médico de la ULC, D. Segundo Alonso Lobo. Siguieron charlas y cursillos diversos sobre “signos de rastreo”, alfabeto Morse, nudos marineros y de escalada, clases de canto en grupo (las noches de los miércoles), se preparó el local social para conseguir un espacio cómodo para trabajar y en el que disponer de una biblioteca propia, y hasta se realizó el revelado de las fotografías (lo que en cierta ocasión provocó un rebote de Rafael Melero, que creyó en peligro su negocio).
1962 16 al 22 de abril:
El primer contacto con la alta montaña se presentó en la Semana Santa del 62: Sierra Nevada, con el intento de ascensión al pico Veleta, equipados con los chándals de gimnasia y cubiertos con mantas milicianas, contra una cellisca infernal.
"Campamento" en un convento de Granada
Aquél mismo año, con ocasión de la onomástica del director del colegio Gran Capitán, P. Armando Roces, se celebraron varias exposiciones simultáneas de distintas especialidades (forja, artesanía de alambre, pintura, fotografía, prensa y radio). Entre ellas tuvo especial atractivo la que se montó en la Sala de Montañismo, que pasó a ser la exposición permanente de la “Sala del Gúlmont”, transmitida a los sucesivos locales sociales con cada cambio de emplazamiento.
El pintor y profesor Francisco Zueras, contribuyó diseñándonos un banderín y elaborando algunas felicitaciones de navidad.
Verano:
Los Ri-Ma-Sa realizaban la Ruta del Quijote.
Ricardo, Mariano y Santiago
Se realizaron las primeras exploraciones del Gúlmont en Ojo Guareña y Atapuerca (Burgos), Cueva Cullalvera y otras cavidades de Cantabria y del Valle de Carranza (Vizcaya).
El “Ciclo de Estudios GULMONT”, en el curso 1962/63, nos dio las primeras nociones técnicas y científicas sobre disciplinas que serían definitivas en las futuras dedicaciones de algunos de nosotros: Geología, Botánica, Zoología, Hidrología subterránea y técnicas de campamento, escalada y espeleología.
1963 24 de febrero:
Se realizó el descenso de la Sima de Cabra, preparado durante todo el año precedente. Superadas las discrepancias internas que había suscitado este proyecto, desde aquel hecho la Espeleología tomó forma propia dentro del Gúlmont. Pero la superioridad de la ULC y Mutualidades consideró que la proeza había llegado a ser temeraria, y el P. Jesús García Álvarez, que llevaba la dirección del Gúlmont, recibió alguna advertencia. Él también había sido reticente con nuestros planes, pero nos permitió realizar la exploración por actitud pasiva, porque confiaba en nuestra capacidad. Siguió con su actividad al frente del Gúlmont, pero la cabeza visible pasó a ser el vice-rector, P. Alberto Riera.

"La Sima (en el tiempo del Gulmont)"
7 de marzo:
En la fiesta de Santo Tomás de Aquino, durante la cabalgata estudiantil y al paso de esta por delante de la iglesia, se descolgaron en “rappel” varios miembros del Gúlmont desde lo alto de la torre, al tiempo que sonaba un recio “¡Gúlmont, tra-ca-trá!”, entonado a coro. La cabalgata se paró, para contemplar el inesperado eclipse. No hubo expulsiones, pero la puerta de acceso al vacío campanario fue clausurada.
Foto: Mariano Olivar
21 de abril:
Dos montañeros del Gúlmont consiguieron llegar al Veleta (primer pico de más de 3.000 metros que se subia por miembros del grupo)
Siguieron la “Operación Sierra de Yeguas”, en Campillos (Málaga) y la de “Alto Ebro”, en Pesquera (Burgos), en las que se exploraron nuevas cuevas.
Foto: Mariano Olivar
Junio:
Se realizó una memorable marcha de unos noventa kilómetros, en tres jornadas, por la sierra cordobesa, pasando por Los Puntales y Cerro Muriano, donde tuvimos que desistir de una acampada nocturna en el campo de tiro militar, porque las bengalas de advertencia disparadas al aire, nos hicieron correr otra legua. Aquella fue la despedida, porque se acababa nuestra estancia en la Laboral.
En verano, de nuevo los Ri-Ma-Sa, realizaron otra Ruta, esta vez la del Cid, por las tierras del poema, desde Valencia hasta Burgos.
1º de octubre:
El Gúlmont necesitaba un órgano de difusión de sus actividades, y el propio Jesús García impulsó la puesta en macha del Boletín que, desde el 1º de octubre de 1963, cuando ya la mayoría nos habíamos marchado, se inició como una simple hoja informativa en "ciclostil" y permaneció vivo, a lo largo de nueve números de más de 18 páginas cada uno, hasta noviembre de 1967.
1964 Semana Santa:
Se organizó el I campamento Juvenil de la Universidad Laboral, dirigido por miembros del Gúlmont. Participaron 80 acampadores, demasiados, según los organizadores que seguían instrucciones impuestas. Se empezaban a cambiar las formas y el nombre pasó al de “Grupos de Excursionismo Gran Capitán”.
Foto: Jesús García, aportada por Manuel Broseta Serrano
Aunque durante los siguientes años, casi todos los que habíamos integrado la agrupación estábamos dispersados por la geografía laboral española, se consiguió reunir a algunos elementos durante los veranos, para organizar escaladas, marchas y exploraciones.
Verano:
Los Ri-Ma-Sa, que esta vez se quedaron en Ri-Sa, porque Mariano estaba en quintas, proyectaron una nueva gran andada: la Ruta de las Fuentes de España, en busca de los orígenes de Castilla.
Las campañas de exploración en Ojo Guareña (Burgos) que dirigía el Grupo Edelweiss, fueron motivo de encuentros en los años 63, 64, 67 y 68.
Otros hicieron su propia actividad particular en Segovia, Córdoba y Catalunya, publicándose sus participaciones en los distintos números de nuestra revista.
1965 13 al 24 de julio:
I Campamento Intersocial de Espeleologia “Edelweiss-Gúlmont-GEC”, desarrollado en Quincoces de Yuso (Burgos).
24 al 31 de julio:
I campamento de Alta Montaña del Gúlmont, en Picos de Europa,
1º de octubre:
El Gúlmont ingresa en el seno de la Federación Española de Montañismo
1966 13 al 20 de febrero:
Se celebra en Córdoba el I curso de Escalada en Roca y Técnica de Montañismo
3 al 9 de abril:
Operación "Fuente Alhama" de espeleologia, en las cercanías de Priego (Córdoba).
25 al 30 de julio:
Gúlmont lleva una representación al XXV Campamento Internacional de Alta Montaña, Pirineos
7 al 10 de septiembre:
I Operación "Asturias" de espeleologia. Las dos “Operación Asturias” del 66 y 67, fueron actividades espeleológicas por las que pasamos a la leyenda, junto a los más famosos “chalgueiros” o buscadores de tesoros de aquellas altas tierras.
Portada del libro de Jesús Suárez López. 2001. Describe algo nuevo del paso y la huella del Gulmont, en Asturias.
1967 19 al 26 de febrero:
1967: II curso de Escalada en Roca del Gúlmont
11 de marzo:
Imposición de insignias del Gúlmont, por el Presidente de la Federación Española de Montañismo
15 al 21 de julio:
II Campamento de Alta Montaña del Gúlmont, Gredos
1º de septiembre:
II Operación "Asturias" de espeleologia
En el último número del Boletín (el 9) se habla de los ya vigentes Estatutos de Régimen Interior de la ULC, en los que se recogen los “grupos de excursionismo, escalada y espeleología organizados dentro de la Universidad”. Esta parte fue presentada y defendida por el P. Gago, Ricardo Veroz y P. Rojo.
1968
Fueron notables la segunda exploración de la Sima de Cabra, durante el mes de abril, y la “Operación Rio Grande”.
En la Asamblea Nacional de Espeleología, embrión de la que sería luego Federación, el Gúlmont estuvo representado ese año por Ricardo Veroz Herradón, que había sido miembro fundador y que permanecería hasta los últimos tiempos de los que yo conozco.
26 de mayo:
Por la actividad de esta persona, ya por entonces profesor en la Universidad Laboral, la sección de Escalada en Roca se impulsó y tomó dimensiones que se reconocieron en todo el Estado, siéndole concedida al Gúlmont la placa de la Federación Española de Montañismo.
Y después de 1968 ...
La actividad que había arrancado con el espíritu del Gúlmont se mantuvo en funcionamiento, en la parte en que nosotros intervinimos, hasta 1968. Después, una niebla espesa se interpuso entre los antiguos miembros dispersos, que no tuvieron, en general, más noticias de la gente que había constituido el grupo. Yo ya no sé cómo acabó el Gúlmont.
Por los contactos establecidos por las Asociaciones de antiguos alumnos de la Universidad Laboral de Córdoba, hemos sabido de gente que pasó por el Gúlmont años después, como Manuel Broseta Serrano entre 1960 y 66 y Fco. Javier Cañardo Puy en 1979.
Hoy el Gúlmont es solo una tendencia a los reencuentros de figuras veteranas, como los que se han conseguido en 1998 y 2006, y como lo han podido experimentar también muchos de los primeros ex-alumnos de la Laboral, por su cuenta o mediante las Asociaciones. Y sus glorias son sólo recuerdos íntimos que pueden explayarse junto a un amigo, y que durarán mientras exista la memoria de quienes las pasaron, o haya quien, interesado en revivirlas, las lea, si otros hay que las escriban.
Octubre de 1998


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domingo, 31 de agosto de 2008

El Primer contacto del Gúlmont con la alta montaña: SIERRA NEVADA 1962.





Uno de los mejores vicios adquiridos en el Gúlmont, fue la escritura de los diarios de expedición. Este DIARIO lo escribieron al alimón José Ignacio (JI.) y Pedro (P3), cuando ambos contaban diecisiete años. Los comentarios los ha insertado el otro P3, canoso y escéptico, y las fotos son de las cámaras de Jesús García y del propio P3. El texto, más que el relato de una excursión, es la posibilidad de revivir, minuto a minuto, el aprendizaje que aquella salida supuso, acerca de una desconocida montaña a la que nos aproximamos equipados con chándals de gimnasia y mantas milicianas, y nos recibió con celliscas infernales.




El Gúlmont en Sierra Nevada. Del 16 al 22 de abril de 1962.

Participantes:

Rafael Boyero Mula
Ricardo Veroz Herradón
José Ignacio Fernández Martínez
Andrés Pérez Alcántara
Mariano Olivar González, a) Felino
Santiago Pérez Gago, O.P.
Félix López Beneyto
Jesús Ortiz de Salido Calvo, a) Raca
Jesús García Álvarez, O.P.
Pedro Plana Panyart , a) P3


Primer día, 16 de Abril de 1962, lunes.

(JI.)
Día 16.- Me levanté a las 8. Desayuno a las 9,15. A las 10,00 salimos de la Universidad. Fuimos a por las gafas y después me pegué la carrerita. A las 11,15 salimos de Córdoba.

(P3.)
Nos levantamos independientemente. Cada cual a la hora que ha necesitado.
[Se destaca por lo desacostumbrado.]
8,30: Misa
9,20: Desayuno a continuación.
Al llegar a Córdoba, comprar gafas, película y pilas. Todo a la carrera. El pobre Beneyto se ha dado una carrera inútil por la cartera del P. [Creo recordar que creyó haberla olvidado en el autobús]
11,20: El tren ha salido con 20’ de retraso sobre lo previsto.
[A partir de aquí, JI. y P3. deciden coordinar los esfuerzos de la escritura, alternándose. Mantienen ambos el estilo de Crónica tipo Jefe de Estación]
12,30: El P. Gago está con la mayor parte de la gente, de cachondeo en la plataforma. Yo, frente a una moza morenaza y bien.
[De voyeur, no más.]
Está lloviendo desde que hemos salido de Córdoba. ¡Buenas perspectivas!
1,05: Acaba de pasar un acordeonista de los que no tocan por “afición” (pasando el platillo).
4,00: Cambio de tren en Bobadilla, con lluvia.
4,30: El sol ha salido. Se divisa una gran mole pétrea a la izquierda. El tren está parado en Antequera.
5,20: Ha pasado un estraper-caramelista de los de las rifitas. El P. Jesús ha comprado cinco cartulinas de cartas (5 ptas.) y como es natural, le han tocado dos premios: dos bolsitas de caramelos de las de 1 pta.
[El negocio lleva una proporción de ganancias bastante discreta.]

6,15: Acabamos de cruzar un gran cañón, por cuyo lecho corre un torrente. A partir de Antequera el paisaje ha cambiado por completo: antes era parecido al de Castilla; ahora es muy montañoso.
8,45: Llegada a Granada. [Es destacable la duración del viaje, desde Córdoba hasta Granada: nueve horas y media (transbordo en Bobadilla, incluído)]

9,25: Después de un apoteósico recibimiento y una marcha triunfal a través de la ciudad, llegamos al Convento de Santo Domingo para pedir alojamiento, hallando sus puertas cerradas.
9,50: Después de insistentes llamadas a la puerta y de que José Ignacio hiciese la señal de S.O.S. en Morse, por medio del timbre y de llamarles cosas por el mismo procedimiento con palabras de mediano calibre, ha aparecido un hermano en la puerta. El P. Jesús le ha expuesto nuestro caso y él y el P. Gago (simulando ser alumno de la U.L.) han entrado a pedir permiso a la “superioridad”.
9,55: Se nos ha permitido la entrada. Nos han dado alojamiento en la gran sala de visitas, cerca de la entrada.
10,30: cena opulenta a base de salchichón, foie-gras, aceitunas y naranja.
10,50: Fin de la misma.
11,00: Se saca una foto general del campamento.
[En la escena falta el P. Jesús, que debía estar camuflado detrás de la cámara. Con el obturador abierto y la luz apagada, el técnico en iluminación se deslizó a oscuras hasta el interruptor de la luz, ¡Todos quietos!, encendió veinte segundos y volvió a apagar. Después el fotógrafo cerró el obturador de la cámara.]
11,15: Aposentados todos y teniendo cada cual ocupado su sitio apropiado para recostar el pellejo (ganados algunos a sangre y fuego, en dura lucha), nos disponemos a pasar la noche.


(P3.)
Segundo día, 17 de Abril de 1962, martes.

5,30 de la mañana: Según referencias, un par de gatos han estado dando la serenata.
6,00: El P. Gago me despierta con sus semi-lamentaciones cachondas, al tiempo que escucho un fragor desagradable: ¡Está diluviando!
6,30: Me levanto, porque la mayoría se ha levantado y está de cachondeo. Beneyto, que dormía sobre tres sillas alineadas, ha perdido la noción de “lugar” y al dar media vuelta ha caído con dos de ellas por debajo. Yo he estado durmiendo en un sillón triple con una buena almohada; el P. Gago y Raca se han preparado una cama turca a base de dos butacones; los demás, sobre sillas y sobre el suelo.
7,00: Se está colocando todo en orden, según lo encontramos. Se parlamenta sobre la dedicación que se le dará al día de hoy, en el caso de que no deje de llover.
7,15: Misa doble (dos misas con dos curas) [afortunadamente, simultáneas], en la capilla del convento.
8,05: Se sigue discutiendo sobre el plan a seguir. El P. Gago propone buscar trabajo para ganarnos las algarrobas. José Ignacio, que aún seguía durmiendo, ha sido despertado “dulcemente”.
8,10: Se ha organizado un torneo a cuchillo y manta entre Raca y Olivar. Cuando esto sucedía, han llamado a la puerta y se ha guardado y puesto todo en orden, en un momento. Ha resultado ser una broma de José Ignacio, que volvía de lavarse. Por esta razón ha sido víctima de un manteo.
8,40: Pongámonos a considerar nuestro estado y pensemos, ¿dónde está el sol y la sangre de que habla la canción de “Granada”? ¿Sus lindas mujeres y los toros? El sol no lo hemos visto porque ayer llegamos de noche y el del día de hoy está demasiado alto.
[¿Por encima o por debajo de las nubes?]
La sangre tampoco, pero quizá la veamos pronto (la nuestra). Las mujeres, … estarán metidas todas en sus cuchitriles, porque no se divisan
[Pero, ¡coño!, ¡que todavía no has salido del convento!]
… y los toros, quizá aún tengamos ocasión de ver alguno paseando por la calle.
[Hombre, claro, que por eso estás en Granada, y por aquí, así andan los toros]
8,50: Nos dirigimos al comedor que nos han preparado, donde hay sendos tazones vacíos, una cuchara grandota y un cuchillo ídem. Pero el “caldo” no viene.
9,00: Ha llegado el caldo. ¡Barí!
[¡Guay!]
Chocolate fenómeno y pan blando.
9,15: Finalizado. Se ha traído una canasta de barras de pan adquiridas por el P. y se están repartiendo entre las mochilas.
10,50: Salida provisional del convento para comprar y mandar postales.
11,10: Reunión de nuevo en el convento. Escritura de más postales para el colegio, Gúlmont y particulares.
11,20: Salida del convento. Comienza la operación Sierra Nevada.
11,40: Llegada a la estación del F.C. a Sierra Nevada.
12,10: Salida del tren. (Muchos y güenos paisajotes).
[El léxico es propio de Raca.]
1,05: Llegada a Güéjar-Sierra, lloviendo a base de bien. Cobijo en el almacén de la estación.
1,25: Cobijo más permanente para comer, en el bar del pueblo, al lado de la estación.
1,35: Se comienza, en la cocina del bar, la preparación de la paella a cargo de los intendentes y de José Ignacio.
[Como especialista agregado.]
Mientras, se echa una partida de cartas entre Veroz, Raca y yo, contra el P. Jesús, Olivar y Beneyto. La ganamos.
2,01: No deja de llover.
2,30: La paella está lista. Cuchara en mano esperamos que “repose”.

“-Media vida es la candela,
pan y vino, la otra media.”

[Del P. Gago, ¡cómo no!]




3,15: Fin de la comida.
3,30: Lavado de perola y cubiertos. Escamoteo del Quijote del P. Gago.
[Cuán sabio muestra ser un cura que no se deja llevar por la ira, aún cuando se le juega con lo más sagrado.]

4,15: El optimismo vuelve al grupo; ha cesado de llover y parece que por el oeste comienza a despejarse. Por aquí unos quieren ponerse la crema para el sol, las gafas ahumadas, quieren tirar las mantas, etc.
4,20: Ha asomado el sol.

(JI.)
4,30: Aprovechando el cese de la molesta lluvia, partimos hacia la carretera en la que, según informes, existe una casilla de camineros. Por el camino, sin querer, nos dividimos en dos grupos. En el mío, que es el que se escapó, estaban el P. Gago, Félix, Veroz, Boyero y Raca.
5,15: Avistamos la nieve.
5,45: Llegada a Camineros.
6,00: Llegada (yo).
6,05: Salida de nuevo hacia el Albergue.
6,15: Tomamos un atajo.
6,30: Pisamos la nieve.
6,45: Me entra flato.
7,00: Se me quita.
7,10: Logramos los 2.000 metros de altitud. Frío intenso pero sin mucho viento.

(P3.)
8,00: Llegada al primer albergue .
[Hueso.]

Nos despiden con disimulo.
8,15: Marcha hacia el 2º albergue, a 5 Km.
8,30: Comienza una fuerte ventisca que, después de resistirla durante diez minutos, nos obliga a retroceder.
8,45: Llegamos de nuevo al




Después de temblar un “poco” y de sacudirnos la nieve, nos hemos aposentado, sacado los calcetines y ropa mojados, y la gente ha cenado. Yo me he encontrado sin hambre, con ganas de devolver y algo de fiebre.
Los PP han acordado que Alcántara, que también se encuentra mal, y yo, subamos a dormir en una cama (30 Pts).
10,20: Han decidido subir todos a dormir bien, una noche.


Tercer día, 18 de Abril de 1962, miércoles.

7,00 a 7,30: Nos levantamos.
7,30: El P. Jesús, Olivar y Veroz han salido hacia el Veleta. Los demás desayunamos; ellos no.
8,30: Salimos del albergue, los restantes.

(JI.)
9,20: Plana y yo continuamos por la carretera. Los demás toman un atajo.
9,30: Plana y yo alcanzamos los 2.500 m. de altitud. Los demás, por tomar el atajo, no los han alcanzado todavía.
9,35: Llegamos al segundo albergue, donde estaban los demás.
[No han alcanzado los 2.500 m. Pero sí que han llegado al segundo albergue. ¡Toma!]
10,00: Salimos todos de nuevo hacia el Veleta.
11,00: Plana se siente mal. Baja al albergue acompañado de Alcántara.
11,30: Encuentro con Veroz. Como dice que está aquello muy difícil y falta más de una hora, se rilan todos y tiran para abajo. De nada valieron mis protestas ni mis explicaciones. Todos tiraban para abajo y no me podía quedar solo, porque la niebla iba cubriendo el Veleta. A los pocos instantes, siguiendo yo protestando, se me saltaron las lágrimas por la rabia.
12,30: Llegamos al albergue del Ejército, que estaba abandonado.
12,40: Llegamos al albergue donde estaban los demás del grupo. Plana no se había recuperado del todo.
12,50: Después de arreglar todos los macutos, tiramos hacia el albergue del Ejército para comer.
(Desde que nos levantamos, hasta ahora, ha hecho un día magnífico, con buen sol y no mucho viento).
Nos descalzamos nada más llegar y pusimos zapatos y botas al fuego. Naturalmente, lo primero que hicimos fue coger leña de la que había almacenada y hacer fuego en la chimenea del albergue.
2,30: Llegaron el P. Jesús y Felino a nuestro albergue. Dijeron que por arriba estaba muy difícil el Veleta, puesto que había grandes planchas de hielo que ni con el cuchillo se podían romper, por lo que decidieron descender. Cuando habían bajado un poco se encontraron con un grupo de alpinistas que subían, por lo que se agregaron a ellos y después de muchas dificultades, salvando muchos peligros y completamente envueltos por la niebla, consiguieron alcanzar la segunda cima del Veleta, a 50 metros por debajo de la primera, a la que no se pudieron acercar por existir una gran grieta en medio de ambas, y por la que no se podían internar, porque la niebla la hacía muy peligrosa.
Continuamos todos alrededor del fuego hasta que a las 3,30 nos dimos cuenta que estaba nevando.

(P3.)
4,00: Me reúno con los demás en el albergue militar, después de haber estado esperando a que un mozo del otro albergue me llevara a Granada.
4,20: Se inicia la comida.
5,00: Finaliza la misma.
9,40: Se cena una suculenta sopa y un abundante mejillónico bocadillo.
10,15: A dormir, frente al hogar encendido.


Cuarto día, 19 de Abril de 1962, jueves.

7,00: Diana. Yo he dormido en el saco, fenomenalmente. Me he lavado la cara con nieve.
7,20: Se comienza a preparar el desayuno (Nescafé con leche y mejillones). Se han llevado los colchones arriba, al lugar de donde se habían sacado.
7,45: Se comienza a desayunar. Después de desayunar se ha repartido el peso de los macutos equitativamente.
10,00: Hemos estado “aprovisionándonos” de “material”.
[En el almacén del albergue se encontró una caja con tubos de pasta para aplicar a la superficie inferior de los esquís, con la finalidad de hacerlos más deslizantes. Fue ideal para calafatear nuestras permeables botas “laborales” que, además de haber absorbido el agua de la nieve, habían sufrido un exceso de resecado al calor de la lumbre durante toda la noche.]
10,30: Dos tíos que han entrado en el albergue, nos han pescado con las manos en la “pasta” de los zapatos.
10,40: Preparativos de salida.
11,00: Salimos en Land-Rover del Albergue Universitario. Toda la mañana nevando.
11,30: Pasamos por “Camineros”.
11,50: Vomitada.
12,00: Apeo. Seguimos a pié.
[No recuerdo si la bajada del coche fue voluntaria o por imposición del conductor.]
12,40: Llegada a Pinos-Genil.
1,30: Después de dar varias vueltas buscando un sitio apropiado, acampamos cerca de una casa en la carretera de Quentar.
1,40: Se comienza a pelar patatas para la comida.

(JI.)
4,15: Comida: patatas con arroz, pimientos y guisantes, bocadillo de mortadela y pan de higos.
[El pan de higos fue la provisión que más abundaba en la intendencia de la expedición. El P. Gago lo aprovechó para “hacer amigos” entre la chiquillería del entorno.]
4,50: Se termina de comer. Buen tiempo; ha salido el sol. El P. Jesús se va a por las tiendas, y los intendentes a por pan para la cena y el desayuno de mañana.

6,00: Me quedo enganchado.
6,30: Les oigo venir a Plana, Veroz, Raca y Felino.
6,40: Salgo del atolladero. Felino me da la mano.
7,30: Empujamos un coche de Madrid que se había quedado sin gasolina.

(P3.)
(La gran escalada)
[Las frases precedentes resumen dos horas largas de intensa actividad. Es una pena que no se consignaran más detalles de este episodio … Evidentemente, las circunstancias requerían otra atención y no hubo tiempo para tomar notas]
Al llegar terminamos de montar las tiendas.
Los padres vuelven del pueblo más tarde (ya anochecido), de celebrar los oficios del jueves santo.
8,30: Se empieza a hacer la hoguera para el chocolate.
9,30: Comemos unos bocadillos preparatorios, porque el chocolate aún no llega.
10,30: “Dicen” que el chocolate ya está. Se ha estropeado la leche condensada. No se sabe por qué. No hay unanimidad en las opiniones acerca de la calidad del mejunje.
11,15: A dormir en tiendas. Previamente, cachondeo médico por parte de Veroz, respecto a Raca.


(JI.)
Quinto día, 20 de Abril de 1962, viernes.

7,15: Diana, previo canto del gallo.
7,30: Desayuno. Antes, se habían levantado algunos para prepararlo. Salió mejor que el de la noche, ya que la leche no se estropeó. Como de costumbre, al echar a dedos “er fregao” de la perola, le tocó a Veroz.

(P3.)
9,15: salimos Olivar, José Ignacio, Raca, Beneyto y yo, hacia el barranco del día anterior. Los dos primeros inician la escalada.
10,00: Un viejo, habitante de una casa cercana, les echa una bronca implorativa, para que “eviten matarse en su barranco”.
10,25: Salto felino de Felino. [Un par de años después, se metió a paracaidista]
10,30: Llegamos al gran salto del barranco, final de nuestra ruta.

(JI.)
Después de intentar la escalada en conjunto, de una de las paredes laterales, para poder llegar a la parte superior del salto de agua, tuvimos que regresar porque estaba muy resbaladizo.

[Estas fueron las primeras prácticas de "barranquismo" (en seco y sin apenas material de escalada), de las que he tenido conocimiento. Tardé mucho en saber que había gente que lo practicaba, allá por la Sierra de Guara, en Huesca.]
12,00: Llegamos al campamento. Comenzamos a asearnos completamente, ya que hacía un magnífico sol y calentaba el ambiente.
1,00: Jala [comida] (calamares y sopa).
1,45: Siesta.

(P3.)
3,15: Comenzamos a arreglar y levantar el campo [campamento].
3,30: Salida.
5,00: Entrada en Granada.
5,15: Llegada al convento. Cambio de fardaje [nos ponemos “bonitos”]. Salimos a ver Granada. Vamos en manada a rigardear [mirar, ver, observar] exteriormente la Alhambra. A la vuelta vemos por tres veces un “paso” (el mismo).
9,00: Cena en el comedor del convento (atún y café).
10,00: Salimos a dar unas vueltas.
10,30: Nos metemos, después de tomarnos una horchata, en un garito de tragaperras.
12,30: Salimos del garito con 150 ptas menos (en total).
1,00: Tomamos un helado, tras evaluar nuestras disponibilidades.
1,30: Nos reunimos en el convento, para dormir.
2,00: Lo ponemos en práctica.


Sexto día, 21 de Abril de 1962, sábado.

7,45: Nos levantamos.
8,15: Salimos del convento. Raca había salido antes para coger los billetes.
8,35: Llegamos a la estación. Desayunamos de pié (pan con chocolate). A continuación subimos los macutos al tren y nos aposentamos.
10,00: Salida del tren.
2,35: Llegada a Bobadilla. Cambio de tren.
4,05: Llegada a Puente Genil.
4,20: Comida (salchichón y calamares) en las afueras, cerca de una fábrica con agua, que resulta ser la casa del alcalde. Nos invitan a entrar y dejamos allí los macutos. Vueltas por la villa en grupos. Empieza a llover. Veroz, José Ignacio y yo nos encontramos con el P. Jesús, que nos invita a un par de vasos de vino. Seguidamente nos encontramos con los demás y aprovechando el barullo nos largamos atraídos por las nativas. Nos enrollamos con cinco mozas que nos enseñan lo más significativo de la población (monumentos y demás) y nos explican pormenorizadamente su historia.
10,00: Cenamos y dormimos en la sala de calderas de la fábrica.


Séptimo día, 22 de Abril de 1962, domingo.

7,00: Levantamiento de anatomías. Vamos a misa y vemos pasar la comitiva de la “Diana” [característica de la Semana Santa de Puente Genil].
7,45: Misa.
9,00: Desayuno. A continuación nos dedicamos a ver las procesiones.
[Las procesiones en Puente Genil tienen un carácter propio y muy peculiar. Nunca habíamos visto nada parecido en nuestras tierras de origen. Las indumentarias nos parecieron grotescas, pero muy descriptivas de la personalidad particular de cada representación. Abundaban las máscaras de rasgos muy marcados que evidenciaban la bondad o malicia, u otros atributos, de cada personaje. Nos dejaron muy impresionados.]
Olivar y yo, cámara en ristre, nos las apañamos para que nos dejaran subir a los balcones de dos casas, pidiendo permiso para ver desde arriba las procesiones, con el pretexto de ser reporteros de la revista “Spira” [Una publicación de las Universidades Laborales]. Desde la última vimos toda la procesión detalladamente, con una perspectiva privilegiada.
[No creo que diéramos mucho el pego como reporteros, pero las amables amas de casa accedieron encantadas, y nosotros nos apuntamos otra “hazaña”.]





2,00: Llegamos nuevamente al “campamento” (sala de calderas) y comemos.
3,15: Salimos para la estación.
7,00: Llegada a Córdoba.


[Solo he conservado el billete del último trayecto de la vuelta. Supongo que los otros estarían celosamente al cuidado del responsable de nuestro grupo (en la cartera del P), como es lógico]



Fin de la transcripción.






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