miércoles, 24 de diciembre de 2008

OPERACION "SIERRA DE YEGUAS". 12 de Mayo de 1963.



[La sima de Sierra de Yeguas o sima del Cerro de la Cruz o sima Honda, como parece que se la conoce hoy en los círculos espeleológicos andaluces, fue la segunda sima de cierta importancia que exploró el Gúlmont tras la sima de Cabra, que se había descendido en febrero del mismo año. Resultó ser una considerable grieta abierta en el plano de una diaclasa casi vertical, por la que se alcanzaron los cincuenta metros de profundidad. El informe que sigue, OPERACION: "SIERRA DE YEGUAS", fue elaborado en los días siguientes al descenso y se hicieron de él bastantes copias por el sistema de “ciclostil”. El tiempo que habíamos pasado en el Gúlmont durante nuestra estancia en la Universidad Laboral finalizaba al finalizar también nuestros estudios en el trimestre que acababa en junio de 1963. Pero José Ignacio Fernández, autor principal de este escrito, tenía programado continuar, porque iba a iniciar sus estudios de peritaje en la misma Universidad. La orientación del informe, prolijo en detalles, se encamina especialmente a la obtención de alguna subvención que pudiera ayudar a fortalecer la continuidad del Grupo Universitario Laboral de Montaña y su sección de Espeleología. Finalmente José Ignacio prosiguió sus estudios en la Laboral de Tarragona y ahí se terminó esta historia y empezó otra.]





G.E.I.S. del G.U.L.MONT.

(Grupo de Exploraciones e Investigaciones Subterráneas
del Grupo Universitario Laboral de Montaña)

UNIVERSIDAD LABORAL DE CÓRDOBA


OPERACION "SIERRA DE YEGUAS"
12 de Mayo de 1963


Antecedentes.-

En los primeros días de la pasada Semana Santa, dos autostopistas de la Universidad Laboral de Córdoba, vagaban por esas carreteras para trasladarse desde dicha capital a un pueblo de la provincia de Málaga enclavado entre varias estribaciones montañosas. Eran dos miembros del Grupo Universitario Laboral de Montaña (G.U.L.MONT.) pertenecientes a la sección de espeleología que iban a comprobar la exactitud de varias informaciones recibidas sobre la existencia de una sima por los alrededores de Campillos. Esos dos éramos Pedro y yo que, tras obtener previas informaciones en dicha población dirigimos nuestros pasos al término de Sierra de Yeguas, donde el Ilmo. Sr. Alcalde nos confirmó la existencia de la cavidad, que localizamos con la ayuda de los nativos del lugar, en la Sierra de los Caballos, en cuya ladera está enclavada la población.
Efectuamos, con el material que llevábamos al efecto, un reconocimiento elemental de la oquedad para determinar sus principales características, lo que nos permitiría más tarde estudiar, el sistema de descenso más adecuado, en caso de considerar interesante su exploración completa. Y este interés se despertó en nosotros cuando nos informaron de que hacía poco más de un año, se había descubierto el hecho de que perforando hasta unos 40 metros de profundidad, en cualquier lugar de los alrededores del macizo montañoso, se encuentra agua en tal abundancia que los numerosos pozos artesianos que se han construido desde entonces, han transformado en fértiles llanuras todos los campos próximos al que fue pueblo completamente seco.
Por ello consideramos casi como una obligación el investigar la causa que fuera el motivo de aquél fenómeno.
Nos informaron también en aquella ocasión, del descenso que habían realizado dos jóvenes estudiantes de Madrid en colaboración con un compañero del pueblo, los cuales llegaron al fondo actual que calcularon se hallaba alrededor de los -70 metros.
Y con los datos recibidos y la promesa de volver, regresamos a la Universidad.


Preparativos.-

Desde aquél día dedicamos los ratos libres que los estudios nos permitían, a ultimar todos los preparativos necesarios para la completa exploración de la oquedad de la Sierra de los Caballos.
No se podía emplear el mismo sistema de descenso que utilizamos en Cabra, un par de meses antes, por ser aquella Sima de características excepcionales, ya que es completamente vertical y suficientemente ancha, por lo que acordamos emplear el sistema de descenso por escala, previo seguro con una cuerda a la superficie.

Pero como no disponemos en nuestra agrupación más que de diez metros de escala y no pudimos obtener ayuda alguna de material, ésta estaría unida a la superficie por otra cuerda y así se podría subir o bajar según las necesidades del que estuviera en el interior, el cual, mientras se efectuara dicha operación, tendría que estar apoyado en las paredes de la Sima o bien colgando de la cuerda de seguridad, ya que mientras se efectuara traslación en la escala dicha cuerda estaría fija en la superficie.
Aparte del poco material que pudiéramos llamar normal de que disponemos llevaríamos un bote neumático de un profesor para poder maniobrar cómodamente en caso de llegar hasta el nivel del agua que íbamos a buscar.
Acordamos la fecha de la Operación para el domingo día 12 de Mayo y así lo comunicamos al Ilmo. Sr. Alcalde de Sierra de Yeguas.


Operación de descenso.-

La tarde del sábado día 11 llegamos en ferrocarril al término de Fuente de Piedra seis componentes del Grupo de Exploraciones e Investigaciones Subterráneas (G.E.I.S.) del G.U.L.MONT, que íbamos a participar en la exploración. El equipo completo estaba formado por Pedro Plana, Rodolfo Fernández, Juan Luis López, Mariano Olivar, Andrés Pérez y José Ignacio Fernández. Pedro se encargaría del equipo de superficie, formado por los tres primeros, y yo conduciría el equipo de punta. Nos acompañaba el P. Juan Domingo Sánchez de la Comunidad de Dominicos de la Universidad.
A las 9 h. 30' del domingo se estaba en el lugar donde se encuentra emplazada la Sima. Se desayunó y se comenzaron los preparativos para el descenso.
Estando ya todo dispuesto y haciendo las últimas revisiones al material, se observó que el pequeño teléfono de pilas que habíamos utilizado en Cabra, se había averiado incomprensiblemente en el traslado. Por más revisiones que se hicieron, por más observaciones y pruebas, que nos llevaron una hora larga, no se logró dar con la causa que impedía su funcionamiento, por lo que hubo que improvisar una normalización de señales de pito para hacer posible el entendimiento entre los dos equipos durante la operación.
Acto seguido, serían sobre las 12 h. 30’ me calé el casco y comencé el descenso llegando al fondo a las l3 h., después de colgar de la cuerda de seguridad y de descansar sobre dos repisas intermedias, mientras se efectuaron los desplazamientos de la escala.
Antes de indicar que izaran la escala a la superficie, así como la cuerda de seguridad, para que repitiera la misma operación el segundo, quise cerciorarme del lugar donde me encontraba y avancé en dirección Sur por una galería allí existente, encontrándome de pronto ante una estalagmita que se levantaba en el centro y que se parecía exactamente a una estatua de la Virgen de Fátima con su pedestal correspondiente. Continué un poco y comprobé con cierta contrariedad que la galería acababa pocos metros después. Regresé al lugar primitivo y después de comunicar con la superficie fijé la atención en la diaclasa que continuaba hacia el Norte, transformándose sucesivamente en estrecha gatera, pero no me introduje por ella, esperando la llegada de Mariano que pisó el fondo a las 14 h.
Mientras descendía el material fotográfico y demás, exploramos la citada gatera, comprobando, tras reptar unos minutos y encontrar un esqueleto de perro, que después de irse estrechando cada vez más, acababa siendo impenetrable y, lo que era más descorazonador, sin apreciable continuación.
Dimos marcha atrás, explorando cada palmo de terreno, encontrando al poco tiempo un cabo de vela dejado por los que habían descendido anteriormente, que colocamos en el ensanchamiento que denominamos “Sala de la Virgen” sobre la especie de pedestal de misma, como modesto ofrecimiento, poniéndonos bajo su protección; continuando después hasta llegar al final de la galería, por una de cuyas paredes ascendió Mariano para observar detalladamente la estrecha fisura que allí existe, comprobando que por la parte superior seguía también sin continuación posible.
A las 16 h. llegó Andrés al fondo, haciéndole la presentación del lugar, procediendo a continuación, como primera salvedad, a alimentarnos con sendos bocadillos para reponer energías.
Momentos después dejamos nuestra inscripción: "G.E.I.S. del G.U.L.MONT. 12-V-1963" [el “grafitti” casi monumental, elaborado con la llama del carburo, ha pasado a ser con el tiempo un atentado contra la conservación de la cueva, del que hoy nos arrepentimos sinceramente; pero entonces, que empezábamos a conocer un mundo al que muy pocos accedían, era exclusivamente un hito que afirmaría nuestra “conquista”; una acción que se justificaba por la simple falta de planteamiento; aquél mundo era “nuestro” porque nadie más entraba en él] y comenzamos la labor propiamente espeleológica. Hicimos unos croquis del lugar, observamos las formaciones calizas y los insectos allí existentes, tiramos unas fotografías, etc. etc., teniéndolo todo dispuesto para el regreso a la superficie a las 20 h., momento en que comenzamos la ascensión. Esta no la efectuamos en forma análoga al descenso, o sea, realizando todo el trayecto uno a uno, sino haciendo los tres sucesivamente cada tramo y esperando juntos el traslado de la escala. Así evitábamos maniobras a los del equipo de superficie, las cuales estaban bastante dificultadas por las sinuosidades de la cavidad, que provocaban atascamientos y enganches irremediables. Asimismo, durante el ascenso, facilitábamos a los de la superficie el traslado del material que al izarlo se iba enganchando en determinados pasos estrechos.
A las 21 h. 30' salimos los tres al exterior, dándose en ese momento por finalizada la Operación. El regreso hasta el pueblo y el traslado hasta la Universidad no presentaron interés especial.


Características de la Sima.-

La citada oquedad se halla enclavada en el macizo montañoso de la Sierra de los Caballos, situada en la parte Norte de la provincia de Málaga. A 2 Km. del pueblo de Sierra de Yeguas, en la ladera Norte del cerro de la Cruz y a 120 metros de altura sobre la población y 600 sobre el nivel del mar, se encuentra emplazada la entrada de la mencionada cavidad.
La sima, que podemos considerar como una gigantesca diaclasa, presenta en la actualidad una profundidad de 50 metros, una longitud que varía entre 5 y 20 metros y una anchura que va disminuyendo sucesivamente de 3 a 1’5 metros en la parte inferior. Existen solamente tres derivaciones de la vertical considerada: una diaclasa enfrente de la entrada, una amplia galería en el fondo y una estrecha gatera también en la parte inferior. Presenta cierta inclinación a todo lo largo de su profundidad, aumentando hasta la vertical completa solamente en algunos tramos aislados.
Tiene tres únicos puntos de apoyo considerables: una repisa y un balcón, ambos en la parte superior, y una piedra formando puente en la inferior.
La forma que representa su vista principal es la de cuatro trapecios unidos colocados alternativamente sobre cada base.
Toda ella está constituida por roca caliza, presentando concreciones calcáreas en aislados puntos, así como también en el fondo, pero estando cubierta en diversas partes por la arcilla separada en el proceso de descalcificación de la roca y por derrubios, en los lugares en que es posible su permanencia.
No presenta en esta época del año caída alguna de aguas, siendo esta la causa principal de la relativamente poca existencia de formaciones estalactíticas y estalagmíticas, apareciendo únicamente en la galería del fondo una debilísima gotera.
No apreciamos la existencia de ninguna especie de troglobios, así como tampoco de flora alguna, viviendo no obstante, sobre todo en el fondo, determinados trogloxenos.
La entrada a la cavidad está constituída por una grieta horizontal de dos metros por cuarenta centímetros, que da a una pequeña sala de metro y medio de altura por otro tanto de anchura y unos cinco metros de longitud, al fondo de la cual existe una losa cuneiforme asomada sobre la vertical, que sirve de techo a una pequeña repisa.
La direcci6n de esta sala presenta desviación con respecto al Norte, de 20 grados Este.
A los pocos metros de profundidad existe un pequeño acuñamiento a partir del cual la Sima toma una anchura de unos tres metros, mientras comienza a alargarse sucesivamente hasta alcanzar un máximo de veinte metros a la profundidad de doce, desde donde empieza a disminuir.
Asimismo, la pared Este, que desde la parte superior presentaba una ligera inclinación, la acentúa formando una amplia repisa que interrumpe a la vertical y sobre la que descansan pequeños derrubios junto con arcilla.
A dos metros de altura con respecto a esta repisa y en la parte Sur de la cavidad, existe un inclinado balcón rocoso, de forma trapecial, recubierto de arcilla y sobre el que se asientan algunos cascotes.
Hasta este lugar la Sima presenta la misma orientación en todo su desarrollo que la que indicamos para la galería de entrada pero a partir de la repisa sufre una desviación de 30 grados en dirección Oeste, a la vez que se desplaza en este sentido su vertical y que reduce su anchura a metro y medio, mientras comienza de nuevo a alargarse sucesivamente hasta unos siete metros más abajo, en donde empieza otra vez a disminuir por la parte Norte.
A los pocos metros más de profundidad, en donde comienza una acentuada inclinación, aparece acuñado un pedrusco entre las dos paredes haciendo de puente de unión entre ellas. La parte más elevada del fondo se encuentra de aquí a unos diez metros de profundidad y en este tramo la pared Este, debido a su inclinación, se encuentra recubierta de arcilla.
El fondo, en su parte más alta, que es la que queda inmediatamente debajo del pedrusco, presenta abundante arcilla y pocos derrubios, puesto que la mayoría de estos rodaron debido a la inclinación del suelo hacia la plataforma más estable situada hacia el Sur, al principio de la especie de galería que continúa en esa dirección. Los únicos derrubios que se encuentran en la parte elevada del fondo se hallan taponando la que aparenta ser actualmente, única y posible continuación vertical de la Sima, en la intersección de la pared Oeste con dicha parte del suelo.
La gatera que continúa hacia el Norte es toda ella rocosa y sin muestras de humedad, la cual va estrechándose sucesivamente a la vez que desciende de nivel.
La Sima, que ya hemos dicho que es una gran diaclasa, comienza a alargarse sucesivamente por la parte Sur, a partir de la repisa superior formando en el fondo y en esa misma dirección una especie de galería debida a los voladizos que constituyen un aparente techo, a dos metros de altura.
Esta galería, por así llamarla, osta orientada en el mismo sentido que las demás partes de la oquedad a partir de la repisa superior en la que experimenta el giro, es decir, que presenta una desviación con respecto al Norte de 10 grados Oeste.
A partir de la plataforma en la que descansan los derrubios llegados al fondo, el suelo de la citada galería se encuentra fosilizado y a los ocho metros existe una única estalagmita de metro y medio de altura, cuya formación se encuentra paralizada, que está situada en el centro de un pequeño ensanchamiento, después del cual desaparecen los voladizos que daban al lugar la apariencia de galería, acabando el suelo de la Sima ocho metros después.
En toda esta parte, en que alcanza la cavidad hasta quince metros de altura, se encuentra la pared Este fosilizada y con la misma inclinación que ya referimos, mientras que la pared Oeste no presenta rasgos de fosilización alguna y se levanta verticalmente.
Asimismo en la parte inferior de la pared Este existen variadas cascadas fósiles que completan el conjunto cárstico.
El término de la oquedad por la parte Sur lo constituye una pared vertical bastante estrecha por la parte inferior, pero que aumenta progresivamente en relación con su altura debido a la citada inclinación de la pared Este, con la que se corta formando una estrecha fisura.
Queda por añadir que en el fondo no hacía frío, así como que los trogloxenos más característicos son las moscas y arañas comunes, que existen en abundancia.


Apéndice.-

Como la finalidad de la “Operación Sierra de Yeguas”, es investigar, encontrar y estudiar la causa de la existencia de agua a la profundidad de cuarenta metros en la base de la Sierra de los Caballos, y no habiéndose realizado más que la parte preliminar de este proyecto, es decir, la de exploración de la Sima del Cerro de la Cruz, queda perenne todavía la necesidad de continuar la labor espeleológica comenzada. Por ello, hemos empezado ya los preparativos más urgentes para llevar a cabo, en los comienzos del curso próximo, la continuación de la empresa.

Quiero destacar, no obstante, la escasez de material con que hemos efectuado esta exploración, así como la necesidad que tenemos de él para la más perfecta realización de esta labor espeleológica, tan necesaria en la región, por lo que solicito en nombre de todos los entusiastas componentes del G.E.I.S. y en el mío propio, ayuda a las entidades que puedan concedérnosla para continuar todas nuestras actividades con la preparación y seguridad que requieren.


José Ignacio Fernández Martínez
Director del Grupo de Exploraciones
e Investigaciones Subterráneas
del G.U.L.MONT.













21/12/08. Ildefonso Felguera, del Grupo de Espeleología de Campillos, en el fondo de sima Honda (Sierra de Yeguas).